"Pero una vez, sin embargo, estuvimos a punto de pelearnos. Él decía que la manera más grata de pasar un día caluroso de julio era permanecer acostado de la mañana a la noche sobre la hierba, en medio del campo, escuchando como en un sueño el zumbido de las abejas sobre las flores y el canto de las alondras que planean muy arriba de nuestras cabezas, y mirando el cielo brillante y azul y sin nubes. Ésa era su noción de la más perfecta y celestial felicidad. La mía, en cambio, era hamacarme en un árbol verde y susurrante bajo el soplo del viento oeste y con las nubes brillantes y blancas agrupándose vertiginosamente allá en lo alto; y que no sólo cantasen las alondras, sino también los mirlos, los tordos, los picaflores y los cucos, prodigando por todos lados su música; y los campos, a la distancia, viéndose recortados en frescos valles de sombra, mientras que de cerca los cerros cubiertos de alta hierbas parecen un oleaje movido por la brisa. Y bosques y aguas rumorosas, y el mundo entero despierto y lleno de alegría salvaje. Él necesita ver todo reposar en un éxtasis de paz. Yo lo quería todo centellando, agitándose en una danza magnífica y jubilosa. Yo afirmaba que su paraíso sólo a medias estaría vivo, y él decía que el mío sería un paraíso ebrio; yo decía que en el suyo me dormiría; él, que no podría respirar en el mío."
Catherine Linton - Cumbres Borrascosas
Y ustedes, ¿con cuál se quedan?
Con el segundo, de una. Debería leer este libro :)
ResponderEliminarMe quedo en el bosque :)
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